Si eres de los que al pensar en cubrecolchones te preguntas: ¿valen la pena?… Este post es para ti porque te daremos todas las claves para que decidas si necesitas o no comprar uno para tu casa.
No debes confundirlos con un protector porque este simplemente es una funda de material impermeable que se ajusta en el colchón, y evita que se ensucie y deteriore. Los cubrecolchenes son mucho más que eso…
¿Qué es un cubrecolchón?
El cubrecolchón es una funda para el colchón, que se ha convertido en un accesorio básico, al brindarle protección, durabilidad, rendimiento y añadiéndole un capa extra al colchón para mayor comodidad y confort en el descanso, por lo que es casi tan importante y elemental en tu sistema de descanso como las almohadas, edredones o sábanas.
Hay ocasiones en las que se hace imposible económicamente cambiar el colchón cuando ya no te resulta demasiado cómodo, o cuando está demasiado nuevo como para descartarlo, por lo que en ese momento debes comprar un cubrecolchón que le dará ese extra de acolchado que necesitas en tu cama.
La parte superior suele ser de algodón, lo que le da esa textura suave, y puede estar acompañada de una cobertura impermeable hipoalergénica para una protección adicional de ácaros del polvo, bacterias, transpiración y hasta piel muerta de tu cuerpo. Todo contribuye en un descando más pleno durante toda la noche.
Se coloca debajo de la sábana, no hace ruido es muy suave y silencioso y puedes conseguirlos de visco elástico, de látex, de verano e invierno, y una amplia variedad.
¿Para qué sirve un cubrecolchón?
Sirve para que tengas un tiempo de descanso más confortable. Recuerda que, de esa manera, aumentará tu rendimiento al día siguiente y estarás de mejor humor.
También son muy útiles cuando, tras una compra de un colchón, este te resulta demasiado duro, por ejemplo, o para darle resistencia a uno que ya esté viejo.
No olvides que si duermes en un colchón que es demasiado duro será imposible que se ajuste a los contornos de tu cuerpo, mientras que un colchón que es demasiado suave te harán sentir tragado y con los movimientos muy restringidos.
Los cubrecolchones, en su mayoría, tienen cinco centímetros de alto para brindar comodidad y soporte adicional.
Además, al tener un cubrecolchón podrás disfrutar de tu colchón durante más años como si lo hubieras comprado recientemente y no implicará ningún tipo de incomodidad porque ni siquiera te darás cuenta que está colocado, pero mantendrá tu inversión en perfecto estado.
Y si eso te parece poco hay que resaltar que los cubrecolchones también cumplen con la función de decorar y puedes elegirlos entre distintos tipos de materiales como algodón lana o seda, algodón. Eso dependerá del resto de la ropa de la cama.
También hay diseñados para los colchones de los más pequeños, incluso, los hay de material impermeable, con una capa de poliuretano, que aporta protección en casos de machas de bebidas o comidas, y hasta de eventos como niños muy pequeños que aún se orinen en la cama.
Tienen como gran ventaja que se lavan con mucha facilidad en la lavadora y son de secado rápido lo que, sin duda, suma en que la inversión sea muy positiva.
¿Es necesario usar cubrecolchón en tu día a día?
Esa es una pregunta muy común. Y la respuesta es: depende. Si decidiste usarlo es porque lo necesitabas, ya sea para alargar la vida de tu colchón, cuidarlo, tener más confort, protegerte de bacterias…
Y una vez que ganas todo eso con un cubrecolchón ¿por qué dejarlo? Es por esto que quienes lo usan una vez, lo usan siempre, en su día a día, porque se benefician en gran medida de sus funciones.
Cubrecolchón y tipos de colchones
Elegir un cubrecolchón puede depender del tipo de cochón que tengas. El caso más representativo para explicarlo es con los viscoelásticos debido a que, por su composición viscosa, suelen causar más calor que un colchón de muelles, por ejemplo.
Los colchones viscoelásticos se adaptan a la forma de tu cuerpo, lo que provoca que la sensación de elevación de la temperatura sea mayor. En este caso, al momento de escoger el cubrecolchón es imprescindible que éste sea transpirable, para que sea adecuado de acuerdo a la humedad que desprenda tu cuerpo, y sea eliminada correctamente de su interior para que no se deteriore.
Si tienes un colchón viscoelástico
…debes optar por un cubrecolchón de tejidos naturales transpirables, como el algodón o el bambú, y si quieres que tenga la protección impermeable de la que ya hablamos, es imprescindible que sea también transpirable, con una base de poliuretano transpirable (PU) o híper-transpirable (HPU
Así lograrás que tu piel respire libremente, evitando la sensación de calor y sudor que proporcionan otros artículos de protección impermeables no transpirables.
Pero si tienes un colchón de muelles ensacados
…lo que necesitas es una cobertura de algodón natural de gran calidad, para que disfrutes de su capacidad termorreguladora que se adapta a la temperatura ambiente y evita que la humedad penetre en el colchón. Además, es cómodo, transpirable e hipoalergénico.
También debes tomar en cuenta otras variables para elegir un cubrecolchón. Si quieres soporte en tu espalda que alivie tus dolores, el de látex es la opción para ti porque está hecho de materiales naturales, es biodegradable y poroso, por lo que permite que tu piel respire sin sudar y te mantiene fresco incluso en las noches más cálidas.
Pero eso no es todo porque proporciona un soporte ortopédico a la espalda, los hombros, brazos y piernas, lo que contribuye a minimizar e incluso eliminar los puntos de presión que causan estrés y tensión desiguales en tu cuerpo.
Después de haber leído todo este post estamos seguros que, no solo quieres comprar un sobrecolchón por sus múltiples beneficios, sino que ya sabes exactamente cuál necesitas, basado en tus requerimientos particulares.